de la Copla
Una que tiene un pasado un tanto heavy, (aunque no lo parezca porque me paso el día hablando de cantautores y grandes damas de la canción) tiene que aguantar mucha mofa cuando dice que uno de sus géneros favoritos es la copla.
Para mi, poner un disco de copla es como sentarme a ver El Abanico de Lady Windermere, pero cambiando a los estirados Lores londinenses por el fornido chulapo madrileño y a la fantástica y sufrida lady por la amante de la vida alegre sufridora y fuerte. Son el buen cine de antes, y el género más respetado por la censura, aunque también recibió sus buenos golpes. Cuando no había salas donde se proyectaran películas, o no había dinero para ir a ellas, la gente se dedicaba a escuchar copla y a imaginar esas (la mayoría de las veces) sórdidas historias de amor. Y en dos minutos podían formarse en sus cabezas las imágenes del joven mozo bajando del caballo, a la gitana paseando sus ojos moraos por los barrios de Sevilla o al emigrante dejando su casa, exiliado y orgulloso de sus orígenes.
La copla fue espejo de la sociedad de la época, de los marginados, de la moral y sobre todo de la doble moralidad que aun existe, pero que en aquellos tiempos era mucho más relevante por la falta de libertades. Sus intérpretes eran actores y cantantes. Tanto ellas como ellos soñados y deseados, e incluso alguno se vio implicado en los entramados políticos de la época. Miguel Molina, exiliado, la Piquer que se ganó la fama de ser profranquista, aunque quienes la conocieron dicen que nunca tuvo ninguna intención ni interés en la política.
Puede que en parte por eso la copla fuera olvidada en la transición, e injustamente asociada al régimen franquista. Han tenido que pasar unos cuantos años para que la copla vuelva a ocupar un sitio decente en la música de este país. Para que Quintero, León y Quiroga, Ochaíta, Valerio y Solano vuelvan a ser considerados grandes letristas. Y para que se haya rescatado gracias a programas de televisión, discos recopilatorios y canciones versionadas. E incluso un musical, pero no me atrevería yo a recomendarlo
Si nos ponemos a buscar ahora referentes en la copla, y con el permiso de la gran Rocío Jurado yo recomendaría sin dudar a la gran Buika, una mallorquina de origen guineano, que ha publicado ya tres discos de copla. Y ¡ole sus artes! ¡Cómo canta esta señora! Si alguien no ha oído nada de ella, un paseo por youtube y una bajada-compra de sus discos es imprescindible. Ya solo la idea en sí de que una negra cante copla me parece fantástica, pero es que oírla emociona, y mucho.
A ver si puedo volver un poquito más a menudo a animar esto del blog, que lo tengo un poco olvidado. Encima, retorno en octubre y con un rollo un poco enciclopédico. Con lo bonita que podría haber hecho la entrada con referencias y trocitos de canciones, pero es que últimamente estoy más bien seria y muy formalita. Será el frio.
Eso sí, un pequeño trocito sí que voy a dejar, en honor a Goya, que yo se que le encanta esta copla, y como representación de que además de todo lo anterior, también la Copla era cronista de sociedad. Olé por Doña Concha, sí señor.
Yo soy la otra, la otra
y a nada tengo derecho,
por que no llevo un anillo,
con una fecha por dentro.
No tengo ley que me abone,
ni puerta donde llamar,
y me alimento a escondías
con tus besos y tu pan.
Para mi, poner un disco de copla es como sentarme a ver El Abanico de Lady Windermere, pero cambiando a los estirados Lores londinenses por el fornido chulapo madrileño y a la fantástica y sufrida lady por la amante de la vida alegre sufridora y fuerte. Son el buen cine de antes, y el género más respetado por la censura, aunque también recibió sus buenos golpes. Cuando no había salas donde se proyectaran películas, o no había dinero para ir a ellas, la gente se dedicaba a escuchar copla y a imaginar esas (la mayoría de las veces) sórdidas historias de amor. Y en dos minutos podían formarse en sus cabezas las imágenes del joven mozo bajando del caballo, a la gitana paseando sus ojos moraos por los barrios de Sevilla o al emigrante dejando su casa, exiliado y orgulloso de sus orígenes.
La copla fue espejo de la sociedad de la época, de los marginados, de la moral y sobre todo de la doble moralidad que aun existe, pero que en aquellos tiempos era mucho más relevante por la falta de libertades. Sus intérpretes eran actores y cantantes. Tanto ellas como ellos soñados y deseados, e incluso alguno se vio implicado en los entramados políticos de la época. Miguel Molina, exiliado, la Piquer que se ganó la fama de ser profranquista, aunque quienes la conocieron dicen que nunca tuvo ninguna intención ni interés en la política.
Puede que en parte por eso la copla fuera olvidada en la transición, e injustamente asociada al régimen franquista. Han tenido que pasar unos cuantos años para que la copla vuelva a ocupar un sitio decente en la música de este país. Para que Quintero, León y Quiroga, Ochaíta, Valerio y Solano vuelvan a ser considerados grandes letristas. Y para que se haya rescatado gracias a programas de televisión, discos recopilatorios y canciones versionadas. E incluso un musical, pero no me atrevería yo a recomendarlo
Si nos ponemos a buscar ahora referentes en la copla, y con el permiso de la gran Rocío Jurado yo recomendaría sin dudar a la gran Buika, una mallorquina de origen guineano, que ha publicado ya tres discos de copla. Y ¡ole sus artes! ¡Cómo canta esta señora! Si alguien no ha oído nada de ella, un paseo por youtube y una bajada-compra de sus discos es imprescindible. Ya solo la idea en sí de que una negra cante copla me parece fantástica, pero es que oírla emociona, y mucho.
A ver si puedo volver un poquito más a menudo a animar esto del blog, que lo tengo un poco olvidado. Encima, retorno en octubre y con un rollo un poco enciclopédico. Con lo bonita que podría haber hecho la entrada con referencias y trocitos de canciones, pero es que últimamente estoy más bien seria y muy formalita. Será el frio.
Eso sí, un pequeño trocito sí que voy a dejar, en honor a Goya, que yo se que le encanta esta copla, y como representación de que además de todo lo anterior, también la Copla era cronista de sociedad. Olé por Doña Concha, sí señor.
Yo soy la otra, la otra
y a nada tengo derecho,
por que no llevo un anillo,
con una fecha por dentro.
No tengo ley que me abone,
ni puerta donde llamar,
y me alimento a escondías
con tus besos y tu pan.
6 comentarios
totora -
totora -
manolo -
Me gustaría que alguien contactara conmigo si tiene esta gravación. Saludos y gracias.
niña gusana -
Estoy intentando cantarte trocitos de coplas, pero se me amontonan en la cabeza!:
"Apoya en el quicio de la mancebía, miraba abrirse la noche de Mayo. Pasaban los hombre y tu sonreías, hasta que en tu puerta pare mi caballo. Serrana! Me das candela y yo te doy este clavé (...) Ojos verdes, verdes como la albahaca..."
Y habia una que escuchaba yo de pequeña en casa que decia algo parecido a esto:
"Yo les voy a contar a ustedes lo que a mí me ha sucedío, que es la emoción más profunda que en mi vida yo he tenío. Fue en Nueva York, una Nochebuena, que yo preparé una cena pa invitar a mis paisanos. Y en la reunión, toda de españoles, entre vivas y entre oles por España se brindó (...)"
Y luego seguía contando como lloraban los emigrantes. Mu gonita.
Y mil más que te escribiría, pero ahora no me salen. Estas se me ocurren en los momentos Maruchi escoba en mano... como a las abuelas, sip.
Sabías que un tío de mi madre era escritor de copla? (Seguro que te lo he contado ya)El señor (El maestro Perelló) fue el autor de "Mi jaca" (sisisisi, la que se canta en pleno pedo!) y "Echale guindas al pavo", "La bien pagá" o "Cinco farolas". Y así su hijo único no tiene oficio, pero sí beneficio y vive cómodamente de los derechos de autor de las canciones de su padre.
Viva la SGAE!!! Pffff...
Anakrix -
kenderzico -
http://www.wizarduniverse.com/041108willow.html
Saludetes kenders.