de Strangers in Paradise
Hablemos de un tebeo, para variar.
Este comic nos cuenta la historia de dos amigas, una rubia y la otra morena (nótese que no hago referencia a la canción buscando la originalidad, aunque ya lo he hecho) en principio algo estereotípicas, pero solo en principio. El caso es que estas dos chicas son amigas desde el instituto. La primera (Katchoo-Rubia) que responde al modelo rebelde-matoncete y que, de paso, la mala vida ha convertido en una tía dura e interesante. Como en Xena, la chica vuelve al redil, a su pueblo, a su casa, después de haber recibido más palos de la vida que Marco (el de los Apeninos). Allí se reencuentra con el amor de su adolescencia (Francine-morena), una joven con una historia que podría compararse a la de Susan (la de Wisteria Lane) en Mujeres desesperadas. La vida de ésta última ha transcurrido, por el contrario, con una cierta “normalidad” y mucha inestabilidad interior, acomplejada por su peso, ingenua y dulce, sale con un tío cabrón que la engaña y la putea.
Katchoo continúa enamorada de Francine, y Francine vuelve a entrar en el mismo juego que seguía en el instituto, dejarse querer queriendo a veces, sin decir nunca que sí y diciendo que no con la boca pequeña. Este trasiego amoroso se ve incrementado por la aparición de un cándido joven (David), que se enamora de Katchoo. Ella, harta de ser siempre la que da, pasa a hacerle el juego que le hace Francine al chaval. Y así esto se convierte en un triángulo amoroso, aunque le falte una arista.
Conforme vas leyendo te vas viendo más o menos identificado con los personajes, con su lado más patético, eso sí. No es nada difícil reconocerse en una de las entrevistas de trabajo de Francine, aunque lo suyo siempre termine saliéndose de madre, o en uno de los arrastres que hace Katchoo para conseguir la atención de su amiga.
En segunda fila quedan todos estos entresijos cuando el pasado de Katchoo reaparece para hacerles una visita. Y entonces hay líos de matonas y de gansters y grandes cantidades de dinero que vienen y que van. Lo dicho, que hay apuntes al cine negro, rollito romántico, algo de acción y luego está la pobre Francine que se deja llevar para terminar casi siempre ridiculizada por unos o por otros.
Me pasa siempre después de escribir estas entradas que termino con la sensación de haber criticado más que alabado, lo digo porque voy a empezar con el punto negativo. En este caso tengo que decir Terry Moore es un tío que sabe escribir y describir a las mujeres. Siempre alabar antes que golpear te da un toque de glamour al que no podía renunciar.
Ahora se está editando en tomillos por Norma (como el champú), con los que se ha perdido bastante calidad, además de la intriga a la que Dude nos acostumbraba no sabiendo nunca si el siguiente número saldría en dos meses, en tres o en seis (llegamos a esperar hasta un año y pico). El caso es que cuando ya no puedes parar de leer, cuando estás que matarías a tu gato por un poco más de información… te das cuenta de que nadie es perfecto y Moore empezó la historia sin terminarla antes. No la planeó y se le fue de las manos. Como el amor (de tanto usarlo) llega un día en que la magia se rompe. Y sigues leyendo porque eres fan, porque quieres a las protas, pero ese algo que hacía especial a S.I.P., desaparece. Y tu ya no te quitas de fans porque lo tienes todo, te has comprado los moñacos y te has hecho un poster con la portada de uno de los números. Y si tus amigos te preguntan tu top 10 en comics, siempre lo pones entre los 5 primeros, claro. Pero en el fondo te pesa un poquillo recomendarlo.
Pos eso, que lo empecéis y cuando esteis enganchadísimos lo dejais de golpe. Si no, más dura será la caída.
9 comentarios
kenderzico -
:(....... mira que convertir a Kachus y Francisca en un culebron... ya le vele.
Chewi -
Marayayo -
Sin amor, no somos mas que extraños en el paraiso.
Chewi -
Besitos!
Mapis -
Iru -
PD:Cómo moló veros el sábado, ¡qué casualidad!
Chewi -
niña gusana -
Pasad buen finde!!
Mapis -